Luchando contra la desnutrición infantil

Patricia Flores trabaja como nutricionista clínica con el Ministerio de Salud de El Salvador. Además, evalúa a los niños en el programa residencial de NPH El Salvador y brinda orientación sobre la mejor manera de garantizar su nutrición saludable.

La desnutrición afecta a muchos de los niños que comienzan a recibir atención por parte de NPH. Los primeros años de un niño son esenciales para su desarrollo óptimo, pero en muchos casos no han podido recibir sus necesidades básicas y los efectos de esto los acompañan durante su infancia. Para NPH el Salvador, encontrar una solución es una de las prioridades, por lo que evaluamos el estado nutricional de todos los niños que forman parte de NPH. El objetivo es tomar medidas rápidas para eliminar la desnutrición.

Casi la mitad de la población salvadoreña sufrió en los últimos dos años inseguridad alimentaria moderada o grave, según un informe elaborado por cinco agencias de Naciones Unidas. El informe “El estado de la inseguridad alimentaria y nutrición en el mundo (SOFI)”, revela que entre 2019 y 2021 más salvadoreños se enfrentaron a problemas para conseguir los alimentos que les permitan su desarrollo pleno, como consecuencia de la pandemia del covid-19.

Patricia tiene gran experiencia en tratar con estos casos, y llevar el seguimiento adecuado para que los niños y niñas de NPH puedan crecer sanos y fuertes. En esta entrevista Patricia nos cuenta sobre su trabajo como nutricionista en NPH y los principales problemas que se encuentra.

¿Cuál es el estado nutricional de los niños vulnerables que llegan a NPH El Salvador?

Los niños llegan con varios problemas de salud. La desnutrición significa que sufren rutinariamente trastornos respiratorios recurrentes (que requieren tratamiento hospitalario en los peores casos), así como la pérdida de cabello, anemia y enfermedades de la piel.

¿Cuál es el efecto en niños y niñas (teniendo en cuenta las diferencias de género)?

Las niñas están peor afectadas y son más vulnerables a la desnutrición. Debido a las normas culturales en torno al género, con frecuencia tienen un peor acceso a alimentos nutritivos y oportunidades educativas. En las zonas rurales, las niñas normalmente tienen que cuidar a los niños más pequeños mientras las madres van con los hombres a trabajar en los campos o cuidar a los bebés. Las niñas adolescentes también requieren más hierro debido a los brotes de crecimiento repentino y al inicio de la menstruación.

  • A corto plazo: pérdida de peso progresiva, mayor riesgo de morbilidad.
  • A largo plazo: problemas en el desarrollo neurológico y psicomotor, crecimiento retrasado de los adultos, riesgo de contraer enfermedades transmisibles crónicas como la tuberculosis y las enfermedades no transmisibles como enfermedad coronaria, hipertensión y diabetes tipo 2.

Además, la desnutrición puede reducir la capacidad de aprender en la escuela y puede derivar en un factor en el absentismo y abandono. Las deficiencias de vitaminas y minerales como hierro, zinc, yodo y vitamina A están relacionadas con el deterioro cognitivo y pueden provocar dificultades de aprendizaje.

Izquierda: Cocinera en NPH El Salvador preparando comida. Derecha: La enfermera Mati pesando a uno de los niños antes de pasar consulta con la nutricionista.
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¿Cómo ves el programa de nutrición dirigido por NPH?

El programa de nutrición de NPH El Salvador es un factor importante en el desarrollo de niños que reciben atención de NPH, porque el estado nutricional de cada niño se evalúa individualmente. Esto nos da un punto de referencia y nos permite tomar medidas para mejorar la calidad de vida de los niños, asegurando su desarrollo satisfactorio y prevenir enfermedades a largo plazo.

El impacto de la desnutrición infantil se puede sentir a lo largo de la vida. En ella pueden influir problemas reproductivos (reproducción temprana, poco espacio entre embarazos y un alto número de hijos); alimentación no saludable durante el embarazo, acceso limitado a la atención médica y tasas bajas de lactancia materna exclusiva. Estas causas de la inseguridad alimentaria y la malnutrición también se combinan con malas condiciones de salud, falta de saneamiento básico, enfermedades infecciosas y baja producción doméstica de alimentos: mal uso del suelo, cultivo de granos básicos en las laderas, alto costo de insumos, falta de acceso al crédito, falta de asistencia técnica, capacitación y tecnología.

¿Qué tipo de alimentos se incluye en las comidas preparadas para niños y niñas de NPH?

Las comidas incluyen la gama completa de nutrientes en una dieta equilibrada y tienen en cuenta las necesidades de los niños. Están diseñados para garantizar una ingesta suficiente de proteína (para prevenir el crecimiento retrasado), carbohidratos para la energía (aunque controlando consumo excesivo para evitar el sobrepeso) y una ingesta equilibrada de grasas.

¿Cuál es el estado nutricional de los niños y jóvenes que reciben atención de NPH?

Evaluamos a los niños menores de 18 años en atención residencial con NPH en dos grupos: niños y niñas. La evaluación más completa y urgente la hacemos cuando los niños y niñas llegan por primera vez al programa.

El estado nutricional del 73% de los niños es normal y saludable. El 13% de los niños tienen sobrepeso, el 7% son obesos y el 7% restante están desnutridos.

El 61% de las niñas tienen una buena salud, el 36% tiene sobrepeso y el 3% son obesas.

Tanto el sobrepeso como la obesidad son factores de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles. La incidencia de sobrepeso ha aumentado en comparación con el año anterior.

Se evalúa la nutrición de cada niño, y su dieta se ajusta individualmente si muestran signos de desnutrición u obesidad. NPH está desarrollando tratamiento para garantizar que todos los que están en la atención logren una buena salud.

La desnutrición y la obesidad pueden ocurrir juntas en los mismos países, comunidades e incluso familias. Esto se conoce como ‘la doble carga’ de la malnutrición. El Salvador ha soportado el precio de esta doble carga durante más de una década, afectando a los pobres y vulnerables, convirtiéndose en otro factor en la desigualdad actual en la región“, aseguró Herve Verhossel, portavoz del Progama Mundial de Alimentos.

Recogiendo tomates en la granja de NPH El Salvador

Cuéntanos sobre las medidas que toma NPH para contrarrestar el sobrepeso

En NPH El Salvador evaluamos los hábitos alimenticios para detectar problemas nutricionales entre los niños y los jóvenes. La dieta se basa en sus necesidades, entregando las calorías que requieren. Ofrecemos deportes para promover la actividad física, como juegos intramuros, torneos y sesiones de Zumba. Hemos hecho que el gimnasio esté disponible gratuitamente como antídoto para el estilo de vida sedentario. Para todos nuestros esfuerzos, algunos siguen con sobrepeso; Tienen poco interés en tales actividades y simplemente no quieren participar.

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“Estoy agradecida de volver a vivir con mis abuelos”

Stephanie* llegó a NPH Honduras con 5 años junto con sus dos hermanos, ahora con 11 años y tras 6 años en la familia de NPH, vive en casa de su abuela y ha empezado una escuela nueva.
Stephanie enseña sus notas orgullosa

Stephanie y sus dos hermanos mayores recibieron la opción de formar parte del programa de reintegración familiar de NPH, que ayuda a niños y niñas a regresar con miembros de su familia biológica sin sacrificar el cuidado, el amor y los recursos ofrecidos en NPH. Una de las preocupaciones de NPH es continuar monitoreando el bienestar del niño una vez se ha reintegrado, ya que un cambio radical como este puede afectar emocionalmente, pero también se puede reflejar en el rendimiento escolar, por ejemplo.

Cuando los niños pasan por un cambio tan grande, es normal necesitar un año para adaptarse a las que cosas como la educación o incluso las propias emociones de uno mismo” – Como jefa del departamento de trabajo social de NPH Honduras, Nidia Rodas no es ajena a ver cómo un nuevo hogar afecta la educación de un niño o niña. “En 2014 por ejemplo, tuvimos que acoger a una docena de niños a la vez que habían sido desplazados de un centro gubernamental“, recuerda, “la transición fue difícil, muchos de ellos su segundo año en nuestra escuela fue drásticamente mejor que su primer. Los cambios de entorno pueden afectar mucho“.

Eso es lo que hace que Stephanie destaque. Stephanie ahora estudia bajo árboles de mango en el patio trasero de su casa, sigue esforzándose para que sus notas sigan siendo altas y así poder continuar con su educación en un futuro.

¿Y en términos de comportamiento? Stephanie sigue siendo tan genuina ahora como lo era cuando vivía con NPH. “Nunca hemos tenido problemas con su comportamiento“, dice el profesor José de su nueva escuela. “Al principio, definitivamente estaba a la defensiva, siendo alumna nueva. Pero ha demostrado que hace amigos muy fácilmente, es amigable y se ajustó rápidamente“.

Rafa (psicólogo) y Maylin (trabajadora social) se ponen al día con Stephanie tras su primer mes viviendo con sus abuelos.
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En NPH, Stephanie vivía con un grupo de niñas con las que caminaba a la escuela, comía, estudiaba y pasaba el tiempo libre. Ahora, Stephanie vive con su abuela, abuelo, dos hermanos mayores, una hermana mayor y un tío y una tía. Stephanie ama su nueva vida. “Las clases son fáciles para mí. Tengo muy buenos profesores que explican bien el material y muchos amigos en mi clase. Vivir en casa es muy bonito. Comemos, cocinamos, estudiamos, jugamos, hacemos tareas, me lo paso muy bien.” Su clase favorita es la que cree que es la más difícil, las matemáticas e incluso con solo 11 años, ya sabe que quiere convertirse en abogada.

La facultad de derecho está muy lejos, pero por ahora, el programa de reintegración familiar de NPH la apoya en cada paso. Y aunque su familia biológica ahora puede estar más involucrada en sus sueños y sus estudios, no significa que su familia de NPH la haya dejado atrás, todo lo contrario.

Es a través de NPH que Stephanie puede continuar trabajando hacia la facultad de derecho. Recibe una beca al comienzo de cada año para cubrir la matrícula, los materiales escolares y otros costos anuales básicos. NPH también viene a visitarla cada mes, ya que los trabajadores sociales y los psicólogos hacen chequeos para asegurarse de que todos, incluidos los miembros de la familia de Stephanie, estén bien física y mentalmente. Como parte de esas visitas, se otorga una beca mensual a Stephanie para continuar ayudando a cubrir los costos de las comidas escolares, el transporte y otras necesidades más pequeñas.

Stephanie junto con sus dos hermanos quienes también vivían en NPH Honduras, ahora posan en la parte de atrás de casa de sus abuelos donde viven juntos.

Stephanie todavía tiene un largo camino por recorrer, pero junto sus dos familias y su esfuerzo su futuro es un camino mucho abierto de oportunidades.

El programa de NPH OneFamily/Una familia apoya a los niños que han sido reintegrados con sus familias después de recibir el cuidado de NPH. Este esfuerzo garantiza una solución a largo plazo para los niños y familias una promesa de apoyo continuo para que puedan alcanzar su máximo potencial en su ambiente familiar. NPH acompaña a los niños y las familias a través del proceso legal, audiencias judiciales y procedimientos oficiales que la ley local requiere. Cuando las autoridades locales aprueban la reintegración familiar, se ofrece apoyo multidisciplinario a los niños y familias por parte de trabajadores sociales, psicólogos y personal médico para realizar con cuidado el proceso en el mejor interés del niño. El personal de NPH prepara a las familias para conocer mejor las circunstancias de cada niño. Desde 2017 se han reintegrado a más de 100 niños.

*Todos los nombres de este artículo son seudónimos para proteger la identidad de los menores.

Promoviendo la cultura maya en las escuelas de NPH Guatemala

Ante las violaciones de los derechos de los pueblos indígenas del mundo cada 9 de agosto Naciones Unidas recuerda que los pueblos indígenas tienen derechos a tomar sus propias decisiones y llevarlas a cado de manera significativa y culturalmente apropiada para ellos. Por eso hoy, queremos compartir el testimonio de una de las profesoras de cultura maya que trabaja en NPH Guatemala.

Florinda es la profesora de cultura e idioma maya en NPH Guatemala, creció en un pueblo llamado San Juan Comalapa, un municipio en el departamento de Chimaltenango. El pueblo se llama chi-xot en su idioma indígena, que significa ‘comal‘ en español.

Comal es una plancha hecha de arenisca o barro que se usa para cocinar tortillas. Florinda aprendió el idioma de Kaqchikel desde la infancia en casa de sus padres, continuó aprendiendo en una escuela bilingüe y continuó persiguiendo sus intereses al estudiar la cultura maya y el idioma Kaqchikel en la Universidad Maya Kaqchikel. Desde 2012, Florinda ha estado enseñando el idioma Kaqchikel en la Escuela de NPH Guatemala y también trabaja en la biblioteca de la escuela.

Cuando le preguntamos por qué es importante que ella enseñe el idioma maya Kaqchikel, Florinda dice: “Es importante para nuestras generaciones más jóvenes conocer las raíces de dónde venimos. La visión Cosmo Maya representa la base fundamental de los seres humanos. No debemos olvidar la riqueza de nuestra cultura antigua, los vestidos, la comida, las costumbres y los valores que logramos”.

Según la UNESCO, en 2020 se estimaba que el 43% de los 6.000 idiomas que se hablan en el mundo estaban en peligro de extinción. Más aún, según este organismo unos pocos centenares de idiomas se han podido incorporar a los sistemas educativos formales y menos de cien son los que predominan en los medios digitales. Según las Naciones Unidas, más del 50% de las lenguas del mundo se habrán extinguido en 2100 y la mayor parte de las lenguas que se extinguirán serán indígenas.

América Latina es una zona de alta diversidad cultural pero varios idiomas indígenas se están perdiendo. En la región habitan aproximadamente poco más de 800 pueblos indígenas. Sin embargo, sólo se hablan 560 idiomas indígenas. El Banco Mundial estima que cerca del 26% de los idiomas indígenas se encuentran en peligro de extinción.

En sus clases, Florinda no solo enseña sobre los antepasados, o que Guatemala era territorio de tribus y reinos, sino que también enseña los valores de la cultura, como compartir y ayudar. Los antepasados de Guatemala respetaban primero a su familia y tribu, y también sabían respetar la naturaleza que para ellos es vida; El agua es vida, el fuego es vida, el viento y la tierra son vida. También es interesante que los niños sepan que muchas personas todavía hablan kaqchikel en las calles y en los mercados.

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La profesora Florinda ofrece clases de cultura maya e idioma Kaqchikel a tres grados diferentes: escuela Montessori preprimario, escuela primaria y escuela básica, de dos a tres veces por semana. Gracias a Florinda, los estudiantes están aprendiendo de dónde vienen y parte de la cultura guatemalteca, mientras que al mismo tiempo aprenden sobre los valores fundamentales que forman una sociedad pacífica con respecto a los demás y de nuestros recursos naturales.

Según un estudio sobre los idiomas indígenas en Guatemala, de los 22 idiomas indígenas que se hablan en el país, hay 6 idiomas que muestran un alto grado de riesgo de perderse. Estos idiomas son el Popti’, el Kaqchikel, el Mopan, el Poqomam, el Sakapulteko y el Sipakapense.

Con la pérdida de una lengua no sólo se pierde un código de comunicación, también se pierde un importante conocimiento de un pueblo y una parte insustituible del ADN de la humanidad. Por eso en NPH nos preocupamos por promocionar el uso de las lenguas indígenas como en la escuela de NPH Guatemala del que se benefician más de 300 niños, de tener libros y materiales en idioma Kaqchikel disponible para los niños y los trabajadores. Además queremos incrementar el autoestima y reforzar la identidad cultural de nuestros trabajadores y niños, por ejemplo la vestimenta maya es una parte esencial de la cultura y es parte del día a día de muchos de los trabajadores de nuestra escuela y centros comunitarios, igual que es parte del día a día de otros trabajadores vestirse con pantalones y camiseta.

Programa comunitario de reintegración familiar NPH Honduras | NPH Spain

Como menciona la UN, en la actualidad, las poblaciones autóctonas se encuentran sin duda entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo. La comunidad internacional reconoce ahora que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos y mantener sus culturas y formas de vida. Para dar a conocer las necesidades de estos grupos de población, cada 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas en reconocimiento a la primera reunión de trabajo de las Naciones Unidas sobre la población Indígena que tuvo lugar en Ginebra en 1982.

Tina: Rompiendo moldes en El Salvador

Tina forma parte del programa “Becas Comunitarias Padre Wasson” de NPH El Salvador desde enero de 2022, un programa de becas escolares para que niños y niñas de las comunidades puedan atender la escuela de NPH. Este es uno de los programas de prevención que desarrolla NPH.

Tina tiene 14 años y es la segunda más joven entre sus 10 hermanos. Excepto dos de los hermanos que ya están independizados, el resto de la familia vive en una sola casa en el pequeño pueblo de “Las Mesitas”, una aldea modesta de El Salvador donde las casas están hechas de ladrillos secados al sol, el agua se obtiene a través de pozos, y aunque hay electricidad en las casas, los caminos de tierra para llegar no tienen. En Las Mesitas viven alrededor de 80 familias y la mayoría de los hombres de estas familias se dedican al trabajo en los campos, mientras que las mujeres se dedican las tareas diarias de las casas y los hijos.

Tanto el padre de Tina como sus hermanos trabajan como agricultores en una propiedad que pertenece a su abuelo. La madre de Tina es ama de casa y sus hermanas la ayudan a hacer las tareas diarias. Los padres de Tina llevan juntos 30 años, y aunque esta es una familia modesta, donde toda la familia vive en un solo espacio y no hay demasiados ingresos, el amor y el respeto forman parte de esta casa.

Educación pública en “Las Mesitas”

“Las Mesitas” tiene una escuela pública que cubre la educación primaria de cuatro materias básicas: matemáticas, literatura, ciencias y estudios sociales; así como valores. Una vez que los niños terminan sexto grado, tienen dos opciones:

  • Una es inscribirlos en una escuela pública para acabar la secundaria, aunque la escuela más cercana se encuentra a unos 6 kilómetros de la aldea. En este caso, los niños tienen que caminar al colegio ya que no hay transporte público disponible y la mayoría de las familias no pueden permitirse tener un coche, incluso una bicicleta es difícil de obtener.
  • La segunda opción es que los niños no continúen con sus estudios. Las niñas pasan a ayudar en casa hasta casarse, y los niños a ayudar a sus padres generalmente en el campo. Esta es la realidad de los niños en “Las Mesitas”. Este es incluso el caso de la familia de Tina, cuyos hermanos no continuaron estudiando una vez que terminaron sexto grado.

En El Salvador, es común que los adolescentes de las zonas rurales no terminen sus estudios. De hecho, en algunos casos, nunca asisten a la escuela en primer lugar. De hecho un tercio de la niñez y adolescencia en edad escolar está fuera del sistema educativo salvadoreño, según estadísticas oficiales de 2021 analizadas por LPG Datos, la unidad de investigación social del diario La Prensa Gráfica. Esto significa que uno de cada tres menores, el 30.2 % de la niñez no estaba estudiando.

Esta situación podría deberse a la falta de recursos que tienen las familias, otro factor que afecta son las largas distancias entre las escuelas y las casas de los estudiantes. En El Salvador el tramo de escolarización obligatoria se extiende por 12 años. Junto con Colombia, Cuba y Guatemala, conforma el grupo de países donde solo el primer tramo de la educación media es obligatorio.

El deseo de Tina de seguir estudiando

Tina estaba estudiando sexto grado en 2021 y sabía que cuando terminará ese año escolar tendría que dejar de estudiar porque sus padres no podían permitirse que asistiera a la otra escuela pública, estaba demasiado lejos de casa y era muy costoso. Tina se describe a sí misma como alguien a quien le encanta estudiar, siempre ha tenido mucha curiosidad por los nuevos temas y es muy astuta. Tina siempre ha sido una estudiante excelente y su sueño era continuar estudiando para convertirse en una profesional.

Debido a sus habilidades, el director de la escuela donde estaba estudiando habló con Tina sobre NPH y el programa de becas escolares que ofrece. El director estaba familiarizado con las oportunidades que NPH está dando a las comunidades y consideró que Tina era una buena candidata para ser parte de la familia de NPH.

Tras enterarse de esta oportunidad, Tina se sintió muy entusiasmada y les rogó a sus padres que se pusieran en contacto con NPH para conocer los requisitos y solicitar una beca. Dinora, trabajadora social de NPH El Salvador, dice:Me sorprendió que me contactara directamente una niña de catorce años que quería ser parte del programa de becas“. Como sus padres tienen dificultad leyendo y escribiendo, fue Tina quien envió un mensaje a Dinora en primer lugar.

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Tina tiene una idea muy clara de lo que quiere en la vida. Ella dice: “Estaba segura de que quería seguir estudiando porque he conocido a las chicas que terminan sexto grado y luego quedan embarazadas y tienen bebés y se quedan en casa para ser amas de casa. No quería eso para mí. Quería más. Quiero estudiar y convertirme en enfermera“.

Ella piensa que es importante que las niñas sepan que hay más oportunidades que solo tener bebés y convertirse en amas de casa, especialmente en un lugar como “Las Mesitas” donde es muy común tener este tipo de escenarios.

La experiencia de Tina en NPH

Cuando Tina comenzó a estudiar en NPH, se dio cuenta de la diferencia en las clases. En su escuela anterior, solía estudiar solo las cuatro asignaturas básicas. En la escuela de NPH, Tina tiene la oportunidad de estudiar diferentes clases que beneficiarán a su futuro, como informática, inglés, lectura, etc. También tiene la oportunidad de aprender en los talleres vocacionales y actualmente participa en el taller de costura.

Vladimir Menjivar es el maestro de Tina en la escuela de NPH. Él dice: Tina es una chica trabajadora. Tiene una buena relación con sus compañeros de clase y es muy respetuosa con todos los que están a su alrededor. En la clase de séptimo grado, es una estudiante excepcional y ha ganado diferentes concursos. También es muy humilde y siempre está feliz de ayudar a los demás“.

En NPH, Tina también es beneficiaria de dos comidas al día (desayuno y almuerzo) más una merienda, atención médica básica en nuestra clínica, uniforme escolares y materiales, así como formación espiritual, amor y afecto.

Ella tiene muchas habilidades y una de ellas es su capacidad para hablar en público. Ha sido elegida para dirigir ceremonias, como graduación, actos cívicos, y también para leer durante la misa. Tina incluso participó en un concurso donde escribió un ensayo sobre la independencia de El Salvador y fue elegida para leerlo en un acto donde representó a la Escuela NPH El Salvador.

Tina también forma parte de los programas de empoderamiento de NPH El Salvador, y quiere ayudar a que otras chicas de su pueblo sepan de la oportunidad de seguir estudiando. Tina está enfocada en sus estudios y seguir apoyando a su familia, le gustaría poder estudiar enfermería y para eso quiere seguir aplicándose en la escuela de NPH y poder acceder al programa de becas universitarias que también forma parte de NPH.

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NPH ofrece becas educativas en los 9 países donde trabaja para que niños y niñas de la comunidad con bajos ingresos asistan a la escuela desde preescolar hasta la universidad y/o la escuela vocacional. NPH contempla las distintas necesidades de aprendizaje de los estudiantes, NPH garantiza que niños y niñas de cualquier condición accedan a la educación. Adopta un enfoque personalizado e inclusivo que reconoce las dificultades del pasado y las transforma para que los estudiantes desarrollen su potencial único y se sientan capaces.

Todas las niñas como Tina y las jóvenes de nuestros centros educativos tienen las mismas oportunidades que los niños de terminar su educación secundaria y asistir a la universidad. En NPH son educados como iguales y se les anima a cultivar y perseguir sus sueños.

Ricardo: Estudiando duro desde pequeño

Ricardo está estudiando en la universidad, pero llegó con sus 6 hermanos a NPH República Dominicana con 10 años, cuando su mamá pudo tramitar todo antes de morir para que sus hijos estuvieran en la familia de NPH.

Cuando Ricardo tenía 10 años llegó con su familia a NPH República Dominicana. Él, sus 3 hermanos, Orlando, Roberto, Eduardo, y sus 2 hermanas, Argentina y Esperanza, quien falleció hace unos años en un accidente de tránsito. Su mamá, sabiendo que estaba a punto de morir, había hecho planes para que los hermanos, vinieran a NPH. El día después de su llegada a NPH, recibieron la noticia de que su mamá había fallecido.

Completamente conmocionados, la transición de llegada al hogar de NPH fue muy difícil, especialmente sabiendo que su madre había fallecido en esos días. Su papá, que todavía estaba vivo, no jugó ningún papel en sus vidas y lamentablemente unos años después también murió. Ricardo no era consciente con 10 años, pero ahora reflexiona: “No sabía esto en ese momento, pero NPH se convertiría en mi hogar y mi familia. Y con el tiempo, me di cuenta de que este era un lugar familiar y de mucha educación. La gente en NPH cuidó de mis hermanos, hermanas y de mí todo el tiempo hasta que fuimos independientes. Una educación y un lugar para mantener nuestros sueños vivos y mi familia unida.

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La vida en NPH era diferente, podíamos jugar afuera y jugar con otros. El ajedrez sigue siendo mi juego favorito. Además de esto aprendí que me encanta leer. Pablo Coehlo escritor favorito, uno de sus libros que más me ha encantado leer es El Alquimista.

Gracias a NPH, estoy donde estoy hoy. NPH me ha abierto los ojos y me ha dado el regalo de una educación y la oportunidad de visitar otros países, que ha sido más que un sueño para mí.” Tres veces solicitó Ricardo ir al programa que NPH USA tiene en Seattle para fortalecer el liderazgo y aprender inglés, y finalmente tuvo éxito. A Ricardo siempre le ha motivado visitar otros países. Hasta ahora ha podido visitar los programas de NPH en Guatemala y El Salvador, y a sido embajador de NPH en Canadá y EEUU en donde pudo estar con otros líderes de NPH.

Actualmente esta estudiando Bioanálisis en la Universidad Central del Este en San Pedro de Macorís. Trabaja en NPH como encargado del departamento IT y ahora esta apoyando al departamento de Comunicaciones.

Mi visión es terminar la universidad y continuar trabajando para NPH. NPH ha cambiado de una manera impresionante mi vida y de cómo ver las cosas hoy en día, ya que he aprendido mucho sobre servir a los demás y tener empatía con todos, como conocí al Padre William Wasson, aunque estaba muy pequeño recuerdo que el siempre que llegaba al hogar nos llevaba dulces y siempre con una sonrisa en el rostro, ya estaba en su silla de ruedas pero eso nunca fue una limitante para él, ya que aun así siguió visitando las de mas casa de NPH“.

Invertir mis energías en NPH, que me ha protegido y cuidado cuando más lo necesitaba, me hace sentir muy orgulloso. Puedo usar mis talentos y experiencia para apoyar a una nueva generación de niños que también necesitan ayuda. NPH Casa Santa Ana es mi hogar espiritual y es donde puedo ayudar a los demás de manera desinteresada. Espero que tú también puedas hacer lo mismo.

Luisa: Rompiendo el molde en NPH Honduras

Luisa entra al taller de NPH Honduras con guantes gigantes de seguridad y un casco protector, pero detrás de la visera de vidrio hay una sonrisa de convicción y una mente lista para trabajar.
Me encanta este tipo de trabajo”, dice la joven de 16 años, “siempre lo he hecho. Sé que soy un poco diferente a las otras chicas de mi edad, pero estoy bien con eso”.

Luisa es hondureña, un país con una fuerte cultura machista, es un poco inusual que una adolescente ingrese en una vocación generalmente designada para hombres, pero Luisa deja de lado los estereotipos y sigue sus intereses con orgullo. En abril de 2021 tuvo la oportunidad de inscribirse en el taller vocacional de soldadura del Rancho Santa Fe en NPH Honduras, y esto se convirtió en un cambio positivo en la vida de Luisa.

En NPH, todos recibimos una educación formal. Sin embargo, también podemos participar en un taller vocacional para ayudarnos a desarrollar habilidades técnicas. Podemos elegir entre carpintería, electricidad, zapatería, confección, belleza, habilidades para la vida/economía doméstica y soldadura. A principios de 2021, tuve la oportunidad de probar una semana en cada uno de los diferentes talleres para ver cuál me gustaba más. Opté por el de soldadura. Es hermoso y divertido, y también muy creativo”.

Clip del documental de RTVE sobre NPH Honduras

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN

La vida de Luisa no ha sido sencilla. Llegó a NPH cuando tenía 8 años con sus cinco hermanos. Su padre murió en un accidente y su madre, con mucha dificultad, siempre luchó para cubrir las necesidades de sus hijos. Luisa recuerda que muchas veces solo tenían una tortilla para compartir entre ellos. Antes de llegar a NPH Honduras, residió en otros hogares de cuidado residencial alternativo, pero tuvo que salir debido a problemas de conducta. Sin embargo, cuando NPH Honduras le abrió sus puertas en 2014, no miró hacia atrás.

NPH Honduras está ubicado a 36 kilómetros de la capital hondureña, Tegucigalpa, donde Louise pasó parte de su infancia. Si bien le tomó un poco de tiempo adaptarse a su nuevo entorno rural, rápidamente vio las oportunidades que se le presentaban. Hoy reside allí con sus dos hermanos Mackenson y Lorena, quienes cursan la secundaria y la primaria respectivamente

Encontré un lugar donde podía estudiar, tenía casa, atención médica, comida deliciosa, formación espiritual, talleres de empoderamiento para niñas: tantas cosas a las que nunca supe que tenía derecho. Y aquí estoy hoy”, sonríe, mientras se prepara para la clase de hoy en el taller de soldadura.

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Luisa en la escuela estudiando por la mañana

UN DÍA EN LA VIDA DE LUISA

Su día en NPH Honduras comienza muy temprano a las 5:30 am, cuando se ducha, desayuna y se va a la escuela, una caminata de 10 minutos por los campos de la propiedad. A las 13:30 suele estar de regreso en su vivienda, llamada Inmaculada Concepción, para comer y participar en varias actividades planificadas por los educadores y cuidadores, y es entonces cuando aprovecha para hacer los deberes y estudiar. Le gusta tomarse un tiempo para orar y luego ayuda a limpiar su sala de estar. De dos a tres veces por semana recibe talleres de soldadura, “¡que es mi momento favorito de la semana!” ella agrega.

Luisa con uno de sus profesores del taller de soldadura

Durante mis clases, aprendo sobre medición estratégica para poder cortar las piezas requeridas y unir estructuras a través de diferentes técnicas de soldadura. Lo que más disfruto es la fase final del proceso, que consiste en pegar las piezas y ver cómo salen chispas de las herramientas. Es emocionante, pero siempre tengo cuidado”,dice Luisa, asegurando que su traje de soldadura la proteja de daños físicos.

Todos los programas que NPH desarrolla en América Latina en el campo de la educación y la inserción social y laboral, incluyen el concepto de igualdad de género en el acceso al mercado laboral, que es un aspecto fundamental para garantizar que todos los jóvenes, con independencia de si son mujeres u hombres, tengan las mismas oportunidades desde que forman parte de nuestra sociedad.

Siempre me han gustado los coches. Pero con el tiempo, llegué a aprender sobre ebanistería, y luego vino la soldadura y las reparaciones eléctricas. Me gusta resolver problemas y ver cómo arreglar las cosas. Da mucha satisfacción”, dice Luisa, sonriendo, mientras repasa el protocolo de seguridad con su educadora, quien hoy le mostrará diferentes usos de la maquinaria. Hasta ahora, ha utilizado sus habilidades para ayudar a arreglar cosas para su familia, como la puerta de la casa de su hermana mayor. También espera que sus habilidades ayuden a su familia.

Algún día me gustaría hacer soldadura en mi propia casa y tal vez tener mi propio taller. Muy pocas chicas hacen este curso, pero yo tenía muchas ganas de hacerlo. Puedo probar un camino diferente en la vida y desarrollar mis habilidades“.

Lejos del taller, a Luisa le encanta bailar y le encanta escuchar a reconocidos cantantes latinoamericanos, especialmente mujeres, siendo Jennifer López una de sus favoritas. También le encanta el béisbol, las matemáticas y comer chilaquiles con sus hermanos y cuidadores de NPH. “NPH es un hogar donde recibo amor y cuidado”, exclama.

Luisa con unos amigos en el colegio

Estoy muy agradecida por la ayuda que me brinda NPH. Si tienes la oportunidad de seguir ayudando a personas como yo, no lo pienses demasiado. No sería la persona que soy sin la ayuda que he recibido de NPH. También invito a todas las niñas a participar en talleres como el de soldadura. No es solo para chicos. Todo tipo de personas pueden participar, y lo prometo, vale la pena”.

¿Se siente Luisa como un modelo a seguir para las niñas de su edad?Es algo en lo que nunca pensé antes de que la gente comenzara a preguntarme, pero si la gente ve que estoy allanando el camino para otras niñas de mi edad, me alegra hacerlo y crear oportunidades para otras niñas”.

Hoy, Luisa solo quiere concentrarse en desarrollar sus habilidades de soldadura. Pero de cara al futuro, sabe que esa también podría ser su vocación.

¿Quieres saber como puedes ayudar a chicas como Luisa a desarrollar todo su potencial y ser un modelo a seguir para otras niñas?

*LOS NOMBRES HAN SIDO CAMBIADOS PARA PROTEGER LA PRIVACIDAD.
*Artículo publicado primero en nph.org y escrito original por Nick Rogers

La Fundación NPH impulsa un centro familiar comunitario en Guatemala para 500 niños en riesgo de exclusión social

  • El proyecto ofrece un programa de prevención y atención comunitaria para familias vulnerables de un distrito conflictivo de la ciudad de Chimaltenango, a través de servicios de cuidado infantil, tutorías, reforzamiento escolar, empoderamiento y rehabilitación.
  • La iniciativa, una réplica de un programa ya existente en Honduras, incluye cuatro planes integrales: Desarrollo Familiar, Educación, Salud y Nutrición y Empoderamiento Comunitario.
  • El distrito en que se va a instaurar el centro familiar comunitario está en una zona urbana y marginal con niveles de delincuencia muy elevada, así como con hambruna, embarazos prematuros y dificultad de acceso a protección infantil.

Octubre de 2022. – La Fundación NPH ha puesto en marcha un centro familiar comunitario para el desarrollo de familias vulnerables en la zona 2 de Chimaltenango, Guatemala, con el fin de contribuir a la protección y garantía de los derechos de niñas y niños en riesgo de exclusión social. El proyecto ofrece un programa de fortalecimiento integral de la familia que abarca la prevención y atención comunitaria de la población en situación de vulnerabilidad del distrito, a través de servicios de cuidado infantil, tutorías, reforzamiento escolar, empoderamiento y rehabilitación.

La iniciativa, una réplica de un programa ya existente en Honduras, acogerá el reacondicionamiento de un edificio de dos plantas de este distrito conflictivo y brindará cuatro programas integrales – Desarrollo Familiar, Educación, Salud y Nutrición y Empoderamiento Comunitario –, dirigidos a una población indígena de unos 500 beneficiarios altamente vulnerables. En aras de dar a conocer el proyecto, la Fundación ha organizado un concierto benéfico en la sala Luz de Gas de Barcelona, cuya recaudación irá íntegramente destinada al impulso de la iniciativa.

En palabras de Xavier Adsarà, director de la Fundación NPH y actual presidente de NPH Europa, “a través de este proyecto fortalecemos la educación de niñas y niños para que aprovechen sus oportunidades educativas mediante un programa de refuerzo escolar, además de fomentar la autonomía de jóvenes con discapacidad, para que ellos y su familia tengan una mejor calidad de vida gracias a un buen diagnóstico, tratamiento, nutrición e integración comunitaria”. En la misma línea, Adsarà ha sostenido que “la iniciativa también va dirigida a impulsar el empoderamiento de la comunidad, por medio de encuentros y formaciones destinados a evitar la entrada de adolescentes a “maras”, la violencia intrafamiliar o los embarazos prematuros”.

Chimaltenango: una de las ciudades más pobres de Guatemala

Guatemala es un país centroamericano que ha sufrido las consecuencias de una guerra civil que duró más de 36 años, dejando al país con enormes problemas sociales, económicos y espirituales. Estas insuficiencias estructurales han provocado altos índices de violencia y corrupción en el sector público y privado, que perpetúan el ciclo de pobreza del 65% de la población.

En el caso del municipio de Chimaltenango, a 56 km de la capital, el 65% de la ciudadanía, que supone alrededor de unas 174.000 personas, tiene menos de 24 años, presenta un bajo nivel educativo y vive en extrema pobreza, convirtiéndose en una de las ciudades con mayor tasa de pobreza de Guatemala. Además, el distrito en que se va a instaurar el centro familiar comunitario está en una zona considerada roja, es decir, una zona urbana y marginal con niveles de delincuencia muy elevada, así como con problemas asociados a una situación de alta vulnerabilidad, como hambruna, embarazos prematuros y dificultad de acceso a protección infantil. 

Sobre la Fundación NPH

La Fundación Nuestros Pequeños Hermanos nació en 1954 cuando un niño fue arrestado por robar la caja de limosnas de una parroquia en Cuernavaca (México). Uno de los sacerdotes, el estadounidense William Wasson, no estuvo dispuesto a presentar cargos contra él, así que decidió pedir su custodia. Una semana después, un juez le encomendó el cuidado de ocho muchachos desamparados más y, a finales de año, el número de pequeños a los que dedicaba su tiempo ya se había multiplicado por cuatro. Y de esta iniciativa nació la Fundación, que este año celebra su 67 aniversario, habiendo asistido en 2021 a más de 100.000 niños en nueve países de América Latina (México, Honduras, Haití, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, República Dominicana, Perú y Bolivia). Actualmente, dispone de una red formada por 9 hogares de acogida y 17 oficinas de captación de fondos –estas últimas repartidas por tres continentes– que hacen más llevadera la realidad de un total de 3.000 niños. http://www.nph-spain.org/

Para más información o entrevistas, puedes contactar con ATREVIA:

Ainhoa Leyton

[email protected] Tel. 667 631 681

NPH somos ellas

A falta de 1 semana para celebrar el día internacional de la mujer, hoy nos sumamos a la campaña mundial lanzada desde NPH internacional para sensibilizar a la sociedad que las mujeres tienen las mismos derechos y oportunidades que los hombres. Nos unimos en solidaridad con personas de todo el mundo para apoyar y empoderar a todas las niñas.

Queremos mostrar con orgullo las capacidades, la resiliencia y las poderosas contribuciones de las mujeres en NPH. Muestra tu apoyo a las niñas y mujeres de todo el mundo compartiendo este compromiso de empoderamiento en favor de las niñas y hazlo circular entre tus amigos, familiares, vecinos y compañeros de trabajo a través de las redes sociales o correo electrónico.

“Las niñas no son personas inferiores o “menos útiles” que los niños”.

“Las niñas merecen igualdad de acceso a la atención médica y la nutrición”.

“Las niñas deben ser protegidas de todas las formas de violencia”.

“Las niñas deben tener la oportunidad de ir a la escuela”.

“Las niñas no deben ser obligadas a casarse contra su voluntad”.

“Las niñas pueden contribuir a la sociedad aprendiendo oficios, habilidades o profesiones”.

“Las niñas deben tener la oportunidad de tener un empleo remunerado y digno”.

“Las niñas deberían tener la oportunidad de ser líderes y tener un impacto positivo en sus hogares, comunidades y el mundo”.

Nuestras guarderías comunitarias ayudan a más de 100 niños

En NPH sabemos de la importancia de la estimulación temprana, a travésde nuestras guarderías comunitarias en Honduras, El Salvador y Guatemala podemos apoyar a que más madres encuentren un trabajo digno mientras NPH cuida de sus hijos en un ambiente seguro. 

Guarderias comunitarias | NPH El Salvador

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