Con el programa “Chicas Poderosas” NPH brinda a chicas y jóvenes latinoamericanas la posibilidad de lograr la equidad y mejor vida

Empoderando la mujer, fortaleciendo su liderazgo en tiempos de transformación social

NPH desarrolla el programa “Chicas Poderosas” en 9 países de América Latina, concretamente en México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Perú y Bolivia.

Una auténtica transformación social

El programa permite la igualdad de género y el empoderamiento de más de 1.000 niñas y mujeres que representan las nuevas generaciones de jóvenes dispuestas a liderar la auténtica transformación social que requiere América Latina.

Chica hondureña celebrando la graduación
Celebrando logros escolares en NPH Honduras

Un futuro de igualdad

A través de su acceso en igualdad de condiciones a programas de educación, salud y trabajo, garantizamos sus derechos humanos más fundamentales, aseguramos que las mujeres tengan voz en la sociedad civil y que puedan participar en la toma de decisiones, lo que les permitirá influir en el futuro de ellas mismas, en la de sus familias y en el desarrollo de sus propias comunidades y países.

“Chicas Poderosas” se enfoca en el ámbito de la educación, la salud, el medio juvenil, el desarrollo de las capacidades, la tecnología y el empoderamiento económico de las mujeres, y persigue los objetivos siguientes:

Garantizar que las niñas y las mujeres jóvenes puedan integrarse en un ciclo educativo completo de calidad.

Empoderar a las niñas y a las mujeres jóvenes dotándolas de conocimientos y de capacidades útiles.
Acompañar a las niñas y a las mujeres jóvenes en la transición hacia la edad adulta y el mercado laboral, logrando su plena integración en la sociedad.

Cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible

El objetivo de este programa es empoderar a las niñas y jóvenes coincidiendo con el objetivo 5 de Igualdad de género de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y como consecuencia los objetivos 10 (Reducción de la desigualdad), 3 (Salud) y bienestar y 1 (Fin de la pobreza).

Reducir el embarazo adolescente

Es conocido que el embarazo adolescente en América latina y Caribe es en proporción la segunda zona con la tasa de embarazos adolescentes más alta del mundo, antecedido sólo por la zona de África subsahariana. Si la proporción global de embarazos adolescentes es de 46 nacimientos cada 1000 niñas y jóvenes de entre 15 y 19 años la proporción en América Latina y Caribe es de 66, 5 nacimientos cada 1000.

El embarazo adolescente tiene un profundo efecto en la salud de las jóvenes durante su vida, no solamente afecta negativamente a su desarrollo psicosocial pero también está ligado a complicaciones de salud tanto de la madre y el bebé, mayor riesgo de muerte de la madre. Además de esto la mayor parte abandona los estudios, se dificulta conseguir un trabajo, la independencia económica y el ciclo de pobreza se perpetúa.

Un futuro sin miedo

Las niñas y las mujeres acuden a nuestro programa con mucho entusiasmo y grandes expectativas, encontrándose un entorno donde pueden alzar su voz, aprenden a defender sus puntos de vista, se conocen mejor a sí mismas, mejoran su autoestima, rompen con barreras culturales y mitos sociales, profundizan en sus derechos más fundamentales, aprenden a valorarse como mujeres y en definitiva, se proyectan hacia el futuro sin miedos y con la fortaleza necesaria para alcanzar su integración plena en una sociedad justa, sostenible, equitativa y humana.

“Chicas Poderosas” planifica, coordina, desarrolla e implementa actividades, juegos, dinámicas charlas lúdicas, dirigidas por profesionales junto a las propias participantes para que desarrollen confianza en sí mismas y se conviertan en agentes de cambio para otras. Y lo hace promoviendo espacios de intercambio entre niñas y mujeres en entornos seguro, donde afianzan y maduran conceptos acerca de las relaciones afectivas, el embarazo, la sexualidad, la familia, la igualdad de oportunidades, la autoestima, el respeto y la dignidad entre iguales, el mercado laboral, la integración social, el liderazgo, su autoimagen, desarrollando sus habilidades para la vida. También lo hace profundizando en temas de gran trascendencia como el bullying, los roles de género, noviazgo, fortalezas individuales, valores, espiritualidad, toma de decisiones, comunicación asertiva, resolución de conflictos etc.

Lograr la igualdad juntos

Pero nuestra experiencia nos dice que no basta con formar a las niñas y jóvenes del presente, sino que también se necesita formar a los niños y jóvenes para de esta llegar a alcanzar juntos una sociedad de hombres y mujeres equitativos, que se respeten, sepan comunicarse, y manejar adecuadamente sus emociones. Así, en Honduras, el programa de Chicas Poderosas ha creado el programa Hombres de Honor para que los niños y hombres jóvenes tengan un espacio seguro para compartir entre ellos y aprendan a desarrollar una masculinidad sana, una salud emocional, una profunda reflexión sobre la equidad de género, relaciones sanas, rechazo a la violencia y educación para la paz, habilidades para la vida, identificación de fortalezas etc.

Un cambio de mentalidad

El progreso de la mujer en América Latina y el Caribe ha sido impresionante en las últimas décadas, ocupando un lugar principal en el mundo de las artes, los negocios, la música, la política, la ciencia y el deporte. Las leyes protegen a la mujer por igual, y el incremento de su participación en la fuerza laboral ha sido rápido, aumentando 17 puntos porcentuales en los 25 años entre 1990 y 2015, hasta más del 60%.

No obstante, las mujeres siguen teniendo un 30% menos de probabilidades que los hombres de tener un empleo, y una mayor probabilidad de ser pobres y llegar a la vejez sin una pensión decente. Todo esto perjudica el ejercicio de los derechos humanos y la eficiencia económica, y exige un cambio de mentalidad urgente.

El programa “Chicas Poderosas” ha conseguido reducir hasta un 10 por 1000, el número de embarazos prematuros, un número muy reducido en comparación con la media de 66,5/1.000 para Latinoamérica y el Caribe y los 46/1.000 a nivel global.