Somos una organización líder en el cuidado de niños en América Latina
¿Qué nos hace únicos?
Dado que tu apoyo es fundamental para el trabajo de NPH, hemos creado esta lista que muestra la combinación de características que hacen que NPH sea único. Si ya colaboras con nosotros, probablemente hables con tus familiares y amigos sobre NPH. Esperamos que esta información te ayude a presentar NPH para que más personas se unan a los proyectos de NPH. Si todavía no nos conoces, tómate unos minutos para leer sobre NPH y unirte a nuestra familia.
La familia es el valor principal que trasmitimos a los niños
En NPH creemos que cada niño necesita una familia. Apoyamos a los niños vulnerables que viven en la comunidad con un miembro de su familia o en uno de nuestros hogares, ofreciéndoles lo mejor de una familia: amor incondicional, seguridad, nutrición, atención médica, educación y futuro. Hacemos todo lo posible para encontrar a los miembros de la familia que han perdido el contacto con los niños que tenemos acogidos en nuestros hogares. Mantenemos los principios básicos del fundador de NPH, el Padre William Wasson: amor y seguridad, responsabilidad, intercambio, trabajo, fe y servicio. Si colaboras con NPH te conviertes en parte de la familia de NPH. Tu sentido de pertenencia es vital para NPH.
Los valores espirituales guían a NPH en el cuidado de los niños
El padre William Wasson, fundador de NPH, era un sacerdote católico, que combinó su espiritualidad con un enfoque intensamente práctico para mejorar las vidas de los niños vulnerables. Si visitas un programa de NPH, en apenas unas horas te darás cuenta que los valores espirituales y cristianos son una parte vital de cómo en NPH cuidamos a los niños y cómo nos relacionamos entre nosotros. Así, contribuimos a que los niños alcancen su máximo potencial.Pero en NPH aceptamos a cualquier persona que desee transmitir valores positivos y universales a los niños.
NPH ofrece a los niños una familia de por vida
Los niños de NPH que viven en uno de nuestros hogares no pueden adoptarse. Nuestro espíritu es que los niños crezcan en sus países, se conviertan en líderes que contribuyan a transformar sus comunidades y que crezcan con un fuerte sentido de compromiso social. Damos la bienvenida a todos los hermanos y hermanas de una misma familia que por problemas de alta vulnerabilidad no puedan vivir en sus comunidades, por lo que se convierten en parte de la familia de NPH, donde tiene garantizados su educación, atención médica, alimentación y ropa hasta que se conviertan en personas autónomas capaces de vivir de forma independiente, como en cualquier familia. Esto les abre la oportunidad de enfocarse en la educación y el crecimiento personal.A los niños no se les pide que abandonen los programas de NPH a la edad de 18 años como en casi todas las demás instituciones o programas gubernamentales. En NPH, los beneficiarios se van cuando están listos para ser independientes, una vez han finalizado sus estudios.
Los niños con enfermedades crónicas pueden permanecer toda su vida en un hogar de NPH, en función del grado de invalidez que presenten.
NPH prepara a los niños para el futuro
NPH no sólo está comprometido con favorecer el bienestar actual de los niños a quienes apoyamos: preparar a los jóvenes para que vivan de manera independiente es un elemento clave que cuidamos desde el primer momento.
Creemos que una educación de calidad es la clave para una vida mejor. Nos esforzamos por brindarle a cada niño una sólida base de habilidades académicas e interpersonales. Ofrecemos una amplia variedad de oportunidades educativas, desde una educación preescolar Montessori hasta la universidad, así como certificaciones en talleres vocacionales para aquellos jóvenes que no pueden acceder a estudios superiores.
Nuestro objetivo es ayudar a que los niños alcancen su máximo potencial y sean capaces de servir a la comunidad. Nuestros programas en educación contribuyen a crear los futuros contables, carpinteros, médicos, granjeros, mecánicos, enfermeras, maestros y líderes comunitarios.
El valor de permanecer juntos como hermanos y hermanas
Como en cualquier familia, desde NPH mantenemos a los hermanos biológicos juntos en un mismo hogar de NPH, independientemente de si los niños están sanos o no, son académicamente capaces o no, o afrontan otros problemas, siempre los mantenemos unidos.
El valor de la responsabilidad. En NPH los niños y jóvenes crecen y se educan asumiendo tareas diarias. Uno de los principios del fundador de NPH, el Padre Wasson, siempre fue el “trabajo”. Pero no estamos hablando de trabajo infantil, donde los niños se ven privados de su infancia y su derecho al desarrollo. Estamos hablando de una compartir responsablemente las tareas en el hogar de NPH: un valor muy presente en la familia de NPH.
El valor del respeto al medio ambiente
En NPH queremos que los niños y jóvenes cuiden del planeta y tengan un sentido de la responsabilidad ambiental muy presente en sus vidas. Hacemos que nuestros programas y hogares sean más sostenibles: promovemos el uso de energía renovables para calentar agua, utilizamos paneles solares para obtener electricidad, separamos la basura y reciclamos, observamos el compostaje y la jardinería orgánica como parte de nuestro día a día. También adquirimos a empresas sociales, productos agrícolas y cultivos ecológicos como verduras, huevos de pollo, carne de cerdo y pescado, que componen la alimentación de nuestros niños, pero también cultivamos huertos orgánicos cuyos productos se venden para generar ingresos que nos hacen ser más sostenibles.
El valor del compromiso y el servicio a la comunidad.
Antes de abandonar un hogar de NPH, los jóvenes ofrecen un año de servicio a la comunidad, como forma de agradecer y devolver a la sociedad parte de lo que han recibido en NPH. Por lo general, este servicio social se realiza desde el hogar de NPH en el que han crecido. Esto constituye una parte muy importante en su formación y fortalece su autoestima. Es importante que cada miembro de la familia de NPH pueda contribuir con algo propio a la comunidad.
El valor de la presencia en América Latina y el Caribe.
Mejorar las vidas de los niños en América Latina y el Caribe ha sido la misión de NPH desde 1954, cuando el padre William Wasson estableció la primera casa de NPH en México. La democratización de América Latina y los acontecimientos mundiales han desviado la atención pública, pero América Latina sigue siendo una de las regiones con mayores niveles de desigualdad y violencia en el mundo, entre muchos otros problemas sociales. En consecuencia, el compromiso de NPH, gracias a las donaciones privadas y públicas procedentes del mundo entero, siguen siendo fundamentales.
El valor de la experiencia.
NPH se dedica a mejorar las vidas de niños y jóvenes desde 1954. Por tanto, hemos acumulado la suficiente experiencia para desarrollar programas nutricionales, educativos, médicos, de protección, de desarrollo profesional y muchas otras áreas, que crean un gran impacto en las vidas de miles de niños y jóvenes de América latina. En algunos casos, las circunstancias locales exigen una respuesta a las necesidades de los niños que es específica de la ubicación, por ejemplo, evitando que los niños se involucren en actividades criminales de pandillas.
Te invitamos a leer más en nuestra políticas de protección a la infancia.
NPH tiene presencia local propia
NPH colabora con muchos socios locales e internacionales, pero tenemos una presencia significativa propia en cada uno de los países donde estamos presentes. Nuestro personal local y voluntario trabaja con los niños a quienes apoyamos todos los días; conocemos los problemas que afrontan y las oportunidades disponibles para que puedan mirar al futuro con esperanza.