Gena, 23 años cuidando de los niños con discapacidad en Haití

Desde 1992, cada 3 de diciembre se celebra mundialmente el Día Internacional de las Personas con Discapacidades. El objetivo es sentar las bases de un futuro inclusivo para las personas con discapacidades. Además este año la celebración coincide con el aniversario de la aprobación de la Convención, una de las más rápidamente ratificadas por un gran número de países.

Con motivo de esta celebración, queremos dedicar este post a Gena Heraty quien lleva 23 años dedicándose a los niños con necesidades especiales en Haití. En 2008, se inauguró Kay St. Germaine en Tabarre, Haití, un centro cuyo objetivo es ofrecer los servicios básicos a niños discapacitados y sus familiares. Aquí se provee de diversas terapias del lenguaje, física… un programa de nutrición y micro-créditos para las familias más necesitadas.

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En Haití es común que los niños con necesidades especiales sean abandonados, el mayor motivo es la falta de conocimiento y servicios disponibles. En St. Germaine apoyamos tanto a los niños como a las familias, también estamos conectados con nuestro hospital St. Damien para monitoreos y cualquier urgencia que pueda surgir. Alrededor de 40 niños atienden diariamente el programa liderado por Gena Heraty.

Gena recibirá el próximo 8 de diciembre el premio a la Dignidad Humana en el Parlamento Irlandés por sus 23 años de amor y dedicación a los niños de Haití. El premio, que se encuentra en su tercera convocatoria, es presentado anualmente por el Grupo de Dignidad Humana de Oireachtas a una persona cuyo compromiso con la promoción de la dignidad humana haya sido ejemplar.

Gena también nos envía un testimonio tras estás semanas después del Huracán Matthew que afecto a Haití:

¨Estoy tomando unos minutos para sentarme y reflexionar sobre estas últimas semanas. El tiempo parece volar y a menudo siento que soy como una pluma que lleva el viento de aquí y allá, con cierta impotencia para decidir el devenir de las cosas, porque aquí en Haití se improvisa mucho sobre la marcha. En Haití pasamos de una crisis a la siguiente. Tomamos una respiración profunda y pensamos: ¿Y ahora qué? Y lo mejor es seguir adelante y tratar de no pensar demasiado!

Esta mañana, por ejemplo, cuando estaba a punto de salir para ir a nuestro centro de rehabilitación, el señor que trabaja en la puerta del hogar me estaba esperando. Tendrá aproximadamente 40 años. Con su suave voz nos dijo que sus cuatro hijos no pueden continuar en la escuela porque debe dinero a la escuela por todos ellos. Me dijo que incluso no tienen dinero para comprar alimentos. No dudé ni por un minuto que me estaba diciendo la verdad porque no es la primera vez que viene alguien a mi con esta historia. El chico que pintaba nuestra casa todos los días me pide un pago anticipado para que sus hijos puedan ir a la escuela. Si tomara el tiempo para charlar con los 113 empleados de los que soy responsable de forma directa, o con los otros 217 que trabajan en el hogar, vería como se repite la historia una y otra vez. ¿Qué hacer? ¿Puede la pluma preguntarle al viento porque sopla hacia un camino particular?

Sé que Haití llegó a las pantallas de televisión durante el paso del terrible huracán. Cuanta devastación! Afortunadamente muchos de ustedes respondieron generosamente. Hace unas semanas compré semillas por valor de $ 18,000UK y las distribuimos entre más de 700 familias. Compramos puerros, zanahorias, espinacas, col y brócoli. Las personas que las recibieron eran tan felices! Se sentían bien al saber que estábamos ayudándoles a volver a ponerse en pie y sabían que estábamos ayudándoles a también a aumentar la producción de cultivos que tanto se necesitan. También dimos un poco de ayuda directa en efectivo a los que habían perdido los techos de las casas. Eso ha sido en las montañas donde vivimos.

Huracan Matthew Haiti - Ayuda Humanitaria - Nuestros Pequeños Hermanos
Casa destruida tras el huracán Matthew

Como sabrán, las zonas más afectadas por la tormenta han sido las del sur de Haití. Yo quería ir hacia el sur porque quería visitar a las familias de Carmelle y Finesse, que son dos directores de nuestros programas y están entre mis amigos más cercanos en Haití. Visité a sus familias en muchas ocasiones en el pasado y ahora quería llevarles un poco de ayuda.

Así que, un domingo por la mañana a las 4 am dejamos nuestra casa y nos dirigimos hacia allí. Llegamos alrededor del medio día. ¿Cómo puedo describir lo que vi? Me refiero a la devastación que seguía siendo evidente 5-6 semanas después de la tormenta. Lo que me llamó más la atención, a parte de la devastación, fue el espíritu de las personas y el espíritu de la misma tierra. Vi casas con techos completamente arrancados. Llámamos a la puerta de entrada de una de ellas. Tenían un pequeño puesto de venta de galletas y demás pequeñas cosas. Vi a una mujer junto al techo de su casa que había sido derribado y permanecía completamente intacto en el suelo. Imaginen como cayó un techo de hojalata a unos pocos pies de distancia de la casa, pudiendo haber decapitado a alguien! Ella merece tener todas sus pertenencias bajo este techo! En otra casa sin techo vi que había una cortina de color blanco que actuaba como puerta.

Si quieres ayudar a Haití puedes contactarnos colaborar con una donación

¿Qué otra cosa es lo que vi? Vi a un anciano, medio ciego (tío de Finesse), sentado en las ruinas de la casa de su hermano, observando como trataba de reparar su propia casa sin techo. Vi a uno de sus vecinos barrer la suciedad que estaba acumulada alrededor de su casa y ropa húmeda desperdigada por el suelo, sin tener ningún otro lugar para ponerla. Vi tejados de las casas mostrando su nuevo revestimiento de estaño. Ellos fueron los afortunados que han terminado de colocar su tejado y pueden protegerse del sol caliente. Un signo de esperanza! Realmente fue increíble ya que rompía el corazón para ver las casas sin techos.

¿Qué más vi? Vi hermosos árboles de plátano exuberantes y verdes, creciendo de nuevo con pasión. Sí, fueron golpeados y maltratados. Sí, estaban picados por la mitad pero estaban creciendo de nuevo hermosamente. Vi árboles de mango que habían sido azotados y mutilados por el huracán Matthew y ellos tampoco se daban por vencidos. ¡Estaban creciendo en ellos nuevas hojas frescas! Vi los árboles de aguacate hacer lo mismo. De hecho, vi un árbol de aguacate en el suelo y que estaba produciendo nuevas hojas, a pesar de haber sido derribado. ¡Increíble!

Huracan Matthew Haiti - Ayuda Humanitaria - Nuestros Pequeños Hermanos
Barrio haitiano tras el huracán

No sé cuántos de ustedes han visto cocoteros. Cada vez que los veo siempre pienso que hay algo de majestuoso en ellos. Son tan altos! El huracán destruyó muchos de estos árboles y me sentí tremendamente triste de ver como se cortó su cabeza y cualquier señal de vida. La mayoría de ellos no se pueden salvar. Los cocos son una gran parte de la dieta aquí y tal destrucción es una gran pérdida para los agricultores. Todos hablaban de la destrucción de los cocos. Me quedé mirándolos. Tantos destruidos. Partidos por la mitad. Había algún coco solitario que sobrevivió en medio de un montón entero de ellos destrozados. Cada vez que vi un árbol de coco, que no murió, sentí una gran alegría.

Quiero que sepas que las áreas más afectadas del país por el huracán dependen de la tierra para subsistir. Sus habitantes dependen de estos árboles para sobrevivir. Tenían frijoles y vegetales de raíz que quedaron destruidos durante la tormenta. La gente necesita esperanza y la gente que conocí sorteó de milagro este capricho de la naturaleza y de alguna manera seguirán adelante con ella. No me pregunte como lo hacen! Al igual que los árboles, se niegan a darse por vencido. Por ahora, son totalmente dependientes de la buena voluntad de los demás. Ellos perdieron sus cosechas y tienen que esperar al menos un año antes de que los plátanos se produzcan de nuevo. Ellos, han perdido mucho. Nosotros llevamos algunos alimentos donde fuimos.

Pregunté a Carmelle, ¿qué comen sus hermanos todos los días? Ella se encogió de hombros y dijo que ellos dependen de los alimentos y del dinero que ella y su familia pueden enviarles. Ocurre lo mismo con la familia de Finesse y con cada una de las otras familias en la zona. Esto te rompe el corazón. Las familias tienen serias dificultades de acceso a la alimentación y a la vivienda. Ellas no tienen nada que vender. ¿Cómo van a sobrevivir? Se necesita dinero para comprar frijoles y maíz, y maniok y malanga. ¿Cómo pueden plantar si no tienen dinero para comprar las semillas? ¿Cómo pueden reconstruir las casas a menos que reciban ayuda financiera?

A las siete de la mañana siguiente, las motos estaban esperando para llevarnos de vuelta a donde habíamos aparcado el minibús. Decir que fue un viaje lleno de baches hasta el río, es decirlo suavemente. El río desbordado hizo intransitable la carretera. De hecho este río se movió completamente respecto al lugar en el que solía estar y ahora parece decidido a eliminar todo lo que se encuentra cerca. En esa mañana soleada se veía un paisaje pacífico. El agua azul-verdosa brillante y la risa de los niños nadando incitaban a pasar un día de fiesta en aquel lugar. Haití es un país tan hermoso! Cruzamos el río a pie y luego nos subimos en coche y ya estábamos listos para regresar. La primera llamada de teléfono que recibí cuando recuperé la cobertura (no teníamos cobertura en casa de Finesse) fue la de una madre de un niño muy grave que había sido atendido en nuestro programa durante años. Ella me llamó para decirme que su hijo había muerto. Me invadió de nuevo la sensación de impotencia y la incapacidad de poder hacer nada. Nos despedimos y nos pusimos en camino. Era un lunes por la mañana y los niños que nos encontrábamos por el camino hacían una caminata a las escuelas que no tenían escritorios, ni techos. Un director de la escuela me dijo que ninguno de los alumnos puede comprar los libros de texto este año. Miré su iglesia sin techo y la escuela sin techo y me he quedé atrapada por las palabras. ¿Qué decir?

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Al llegar a Puerto Príncipe, vuelta a empezar. Regreso a la escuela con necesidades especiales, y de vuelta a mi casa en Kay Christine. Siempre digo que la vida es muy intensa aquí en Haití. Habíamos estado fuera por un solo día y habíamos visto tanto!

Eso resume más o menos lo que han sido mis últimas semanas aquí en Haití.

En el hogar tenemos un nuevo coro de niños con hermosas voces. Son tan lindos y cantan tan bien! Están tan orgullosos de sí mismos y con razón!

La semana pasada nos unimos a nuestros amigos estadounidenses para celebrar el Día de Acción de Gracias y antes de la comida, reflexionamos sobre las muchas razones por las que tenemos que estar agradecidos.

Ahora estamos organizando un evento para el Día Internacional de los discapacitados (lo celebraremos el viernes 2) y la Navidad. Nuestros niños siempre tienen una hermosa Navidad, gracias a Dios! Ya están cantando las canciones de Navidad y contando los días hasta el día de Navidad. Estamos limpiando y pintando la casa para que esté lista para el día de Navidad.
Espero que todos ustedes que estén leyendo esto tengan una Navidad muy feliz. El mensaje de la Navidad es hermoso. Por favor no lo pierdan de vista mientras que hace que todo sea especial para sus seres queridos. Bob Hope dijo una vez: “Mi idea de Navidad, ya sea anticuada o moderna, es muy simple: amar a los demás”.

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Terapia en St. Germaine

Quiero agradecerles a todos por todas las formas en que nos han amado aquí en Haití hasta el 2016. Su apoyo nos ha permitido hacer muchas cosas hermosas. Estamos comprometidos a seguir prestando servicios a las personas más vulnerables de Haití. Le agradecemos por confiarnos sus donaciones. Les puedo garantizar que estamos haciendo un buen uso. Seguiremos contando con su ayuda. Por favor, siéntase feliz de ser parte de todo lo que estamos haciendo en Haití. Juntos estamos haciendo la diferencia. Por favor, manténgase en sus oraciones mientras que nosotros oramos por usted.

¡Feliz Navidad! – Con amor, Gena¨

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