Bobbi Se Salva En La Unidad De Desnutrición Del St. Damien

La desnutrición es una de las mayores causas de mortalidad infantil en Haití. Para Bobbi, casi era demasiado tarde, pero los especialistas en nutrición del Hospital St. Damien le dieron a sus 2 años una oportunidad de luchar.
Madres cuidan de sus hijos e hijas ingresados en la unidad de desnutrición del Hospital St. Damien

La desnutrición infantil sigue siendo uno de los mayores desafíos de desarrollo en Haití. La inseguridad alimentaria y el conflicto armado son unas de las mayores causas. Sin embargo, también se combinan con enfermedades infecciosas, falta de atención adecuada y mal acceso a los servicios de agua, salud y saneamiento.

Según el informe de 2017 Demographic and Health Surveys realizado por USAID, la población de Haití era de 10.8 millones, 1.2 millones de los cuales tenían menos de 5 años. Los datos nutricionales en el informe también encontraron que el 22% de la población infantil sufría de retraso en el crecimiento, el 10% tenía bajo peso y el 66% sufría de anemia, una condición causada por deficiencias de hierro y vitaminas. Desde entonces, la población haitiana ha aumentado a casi 11.2 millones, con pocos datos sobre el estado de salud de los niños. Pero con los disturbios civiles, las crisis políticas y Covid-19 que continúan sofocando el desarrollo del país, es poco probable que los dilemas causados por la desnutrición hayan mejorado.

Aquí es donde la necesidad de la unidad de desnutrición en el Hospital Pediátrico St. Damien de NPH es de vital importancia en Haití. En el departamento de desnutrición del St. Damien los niños con desnutrición severa son hospitalizados durante seis semanas y son tratados en función del protocolo nacional. Este departamento trata a niños de muchas áreas del país. Los pacientes primero reciben una fórmula líquida especial hecha de multivitaminas.

En 2022, el departamento tuvo ingresados a 194 niños con desnutrición severa, y más de 130 consultas y tratamientos en el programa.

Niñas visitan a un bebe ingresado en la unidad de malnutrición

Uno de esos niños fue Bobbi, quien recientemente celebró su segundo cumpleaños, aunque el doctor Marc Alexandre Dervil, el médico a cargo de la unidad de desnutrición en el St. Damien, constata la suerte de estar vivo. “Tenemos personal profesional y hacemos todo lo posible para tratar a los niños que vienen a nosotros. Pero la desnutrición es una de las mayores causas de mortalidad infantil en Haití. Nos complace que Bobbi todavía esté con nosotros”.

La madre de Bobbi, Carmite, tiene 42 años, es madre de tres hijos, y dirige un puesto en el mercado de verduras en las calles de Martissant, un vecindario a las afueras del Port-Au-Prince, donde también vive. Carmite recuerda que en el pasado había sido un buen lugar, pero ahora ha sido asumido por pandillas y es una zona roja conocida por el resto de haitianos.En un buen día, gano 1,000 gourdes [15 €], pero ahora esa cantidad es muy rara, especialmente con los problemas que afectan el área“.

Los problemas financieros de Carmite se exacerbaron cuando el negocio de carbón de su esposo se cerró. A pesar de sus mejores esfuerzos para encontrar un trabajo estable, ha resultado difícil. En ocasiones, ha tenido que pedir prestado dinero a familiares y amigos para poner comida en la mesa, lo que la hace sentir avergonzada porque también tienen sus propias preocupaciones financieras. Evitar cada día las actividades de las pandillas es vivir en tensión constante, y no hay oportunidades porque la violencia lo consume todo, Carmite no puede tener un puesto fijo para vender sus verduras a causa de esto, y ahora cada día tiene que evaluar el estado de los grupos armados.

A veces se refugia con familiares o amigos, ya que no puede pagar el alquiler en su pequeña casa, que es 10,000 gourdes al año [160 €]. Carmite, confiesa que, en tiempos de escasez, su familia a veces tiene que soportar el hambre durante varios días y el dolor de ver a sus hijos llorar constantemente la drena.

Hago todo lo posible para alimentar a mis tres hijos y darles todo lo que pueda para que puedan vivir una vida saludable, pero es difícil“, dice Carmite.

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Carmite alimenta a Bobbi durante su ingreso en el hospital St. Damien

Hace unos meses, Carmite comenzó a ver un declive en la salud de Bobbi, quien tenía 20 meses en ese momento, cuando sus tobillos comenzaron a hincharse y desarrolló una tos. Su tía pensó que eran gusanos intestinales, y comenzaron a darle tés de hierbas, pero su salud continuó deteriorándose, y lloraba incontrolablemente debido a los dolores abdominales. Una de las causas de la desnutrición es que debilita el sistema inmune, provocando otras enfermedades, como infecciones de piel y pulmón, incluida la tuberculosis y la gastroenteritis.

En pánico, Carmite llevó a Bobbi a un médico en su vecindario, quien señaló que tenía bajo peso y lo remitió a las Hermanas de la Clínica de Caridad. Una vez allí, los médicos lo diagnosticaron con edema generalizado, llagas ulcerosas y un síndrome de tos, y rápidamente lo remitieron al Hospital St. Damien.

Tenía 22 meses y pesaba 10 kg cuando llegó a nosotros, lo cual es extremadamente bajo peso“, dice la enfermera Wilenda Joseph, una de las cuatro enfermeras en la unidad, quien trabaja junto con 11 auxiliares. Al llegar, rápidamente recibió un tratamiento de estabilización nutricional, recibiendo pasta de cacahuete y leche terapéutica. Bajo el atento cuidado de los especialistas nutricionales, su condición comenzó a mejorar durante dos semanas.

Verlo en esa situación tan delicada fue desgarrador. Los médicos y las enfermeras me hicieron muchas preguntas difíciles, me sentí avergonzada de responder, pero sabía que era para el beneficio de Bobbi“, dice Carmite.

La desnutrición todavía tiene un mal estigma en Haití, lo que causa vergüenza a los padres cuyos hijos lo sufren. Las causas generalmente están vinculadas a la falta de medios y educación nutricional. Los padres a menudo no les dicen a los médicos la verdad sobre qué y cuán frecuentes alimentan a sus hijos, ya sea por vergüenza o porque sienten que proporcionan una dieta suficiente. Carmite es un caso excepcional; se sinceró con el personal médico explicándoles que solo había podido alimentar a sus hijos pan y arroz cuando no había dinero. Las enfermeras le dijeron que era milagroso que sus dos hijos mayores tampoco mostraran más signos de desnutrición.

Bebe ingresado en la unidad de desnutrición del Hospital St. Damien en Haití

Según el médico Marc Alexandre Dervil, la unidad de desnutrición en St. Damien atiende a tres áreas: el programa terapéutico ambulatorio, el programa de nutrición adicional y la estabilización nutricional. En la mayoría de los casos, pueden tratar a los niños, aunque debido a la falta de comprensión sobre la desnutrición, los padres a menudo traen a sus hijos en una condición muy extrema, lo que dificulta la recuperación completa.

La unidad tiene 12 camas, que los niños ocupan entre dos semanas y un mes. Una vez que el niño es dado de alta, se programan chequeos y consultas de terapia para monitorear la salud del niño.

Hacemos todo lo posible para educar e informar, y en la mayoría de los casos los padres escuchan y sus hijos mejoran. No obstante, hay varias razones por las cuales los padres no pueden alimentar a los niños adecuadamente, como el desempleo, la violencia e inseguridad, bajos ingresos, embarazo temprano, familia de padres solteros, etc.”, confirma el Dr. Marc.

Tenemos mucha confianza y hacemos todo lo posible con los recursos que tenemos en el hospital para tratar a estos pacientes desnutridos y esperamos que con esfuerzos sostenidos que los niños progresen y regresen a casa sanos“, agrega.

Si bien la situación económica de Carmite aún no ha mejorado, se siente aliviada de ver a Bobbi sonriendo y jugando con sus hermanos.

Nunca habría tenido suficiente dinero para pagar la atención de mi hijo. Gracias al Hospital St. Damien y a los médicos y enfermeras que lo salvaron. Ahora tiene buena salud“, concluye Carmite.

*Se han cambiado los nombres de los niños y los padres para proteger la privacidad

El Hospital Pediátrico St. Damien brinda más de 80.000 servicios anuales, y ofrece atención médica y tratamientos de alta calidad a niños, niñas y familias en Haití. Es el único hospital de esta envergadura en el país, y el único con unidad oncológica infantil. Mantener el hospital abierto en medio del conflicto bélico y la inestabilidad del país es una tarea complicada, nuestro personal se arriesga cada día para poder ofrecer los derechos más básicos a la población más vulnerable.

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