Recuerdos de NPH de 1955 con Guillermo

Explicar la historia de Guillermo es contar la historia de NPH, y es que Guillermo Mejía fue uno de los primeros niños que el Padre Wasson acogió hace ahora 70 años en México. Con motivo del 70 aniversario rememoramos como era la vida en los años 50 en México, y como impacto en la vida de Guillermo unirse a la familia de NPH.
Guillermo ahora es profesor de la estudiante en NPH Mexico

Mi historia es un poquito triste, éramos realmente pobres” explica Guillermo cuando se le pregunta como llegó a NPH. Su padre por aquel entonces delinquía y no era la primera vez que entraba en prisión, además de ser un maltratador, su madre se veía obligada a introducir en la prisión substancias ilegales hasta que la descubren y es ella quien acaba en la penitenciaría. Un día junto con sus hermanos habían ido a visitarla, su padre ajeno a esta visita había ido a recogerlos a la escuela con la mala suerte de que es atropellado por un automóvil. A partir de allí los hermanos tuvieron que vivir con la mamá en la prisión durante un tiempo.

Guillermo, por aquel entonces un niño de 13 años, junto con su hermano de 11 crecieron dentro de la prisión. Un tiempo después de salir de prisión, la madre cae enferma y en el hospital le hablan de un sacristán, asumiendo su mala situación, la madre consigue que sus hijos se reúnan con este capellán para darles una oportunidad.

Cuando llegamos a esa casa, nos abrió la puerta un gringo” – recuerda Guillermo – “pero ese americano tenía una sonrisa muy bonita y nos dijo “bienvenidos, esta es su casa””. Ese gringo era el Padre Wasson quien acogió a los hermanos en aquellos primeros años donde la familia de NPH se estaba formando.

El Padre Wasson en 1955 junto alguno niños de NPH

CONOCE LA HISTORIA DE LOS 70 AÑOS DE NPH >

Recuerdo que mi mundo antes de llegar a Nuestros Pequeños Hermanos era muy pequeño, y al entrar en la familia del Padre Wasson el mundo se extendió, conocimos tantas cosas y hemos aprendido tanto.”

Por aquel entonces Guillermo tuvo que adaptarse a vivir con los otros 23 niños que el Padre tenía acogidos, había algunos que habían vivido en cárceles también, entre ellos estaba el primer pequeño que el padre rescato llamado Gunter.

De vivir en aquella casa en los años 50, Guillermo recuerda que le sorprendió tener tres comidas al día, ya que anteriormente sobrevivían con lo que podían, además recuerda las donaciones de comida de un pequeño hotel de Cuernavaca, además el padre tenía gallinas que daban bastantes huevos, “con eso había algún travieso que agarraba huevos y los vendía en el mercado para ganar un poco de plata” – recuerda Guillermo con nostalgia.

Guillermo recuerda que las preocupaciones más grandes del Padre Wasson aquellos primeros años era alimentarlos todos los días, que recibieran una educación y poder pagar el alquiler de la casa donde vivían. Durante aquel periodo es que conoce al matrimonio Nolan, quienes apoyaron a NPH durante años y acabaron formando parte de la familia.

Guillermo también recuerda que una vez acabadas las misas del Padre Wasson en una de las iglesias más antiguas de Cuernavaca, este aprovechaba para hablar y conocer a los feligreses y encontrar personas que le apoyaran. “El padre tenía un gran carisma” – dice Guillermo – “podía convencer a la gente para qué se involucrarán con Nuestros Pequeños Hermanos, y era gracias a ellos que podíamos seguir adelante.

Grupo de la Estudiantina de NPH en los años 60, Guillermo segundo a la izquierda

Guillermo formaba parte de la estudiantina de NPH, grupo de música que interpreta canciones mexicanas tradicionales, con los años la estudiantina de NPH tuvo la oportunidad de viajar a Estados Unidos para dar a conocer NPH y poder recaudar fondos para la familia. En uno de estos viajes es que Guillermo conoce a su madrina Nancy en California. Esta relación con su madrina perdura hasta hoy en día.

Guillermo estudió y se convirtió en maestro de biología, en aquella época su madrina le apoyaba para que durante unos meses al año él viajará para vivir con ella, trabajará una temporada allí antes de volver a México. “Cada año sin falta, y aunque yo no espero nada” – dice Guillermo – “Nancy todavía nos envía 100 $ para la cena de Navidad, pero lo que más aprecio es el vínculo que tenemos de todos estos años, el año pasado incluso nos visitó en México, soy privilegiado y soy muy afortunado de que el padre entrara en mi vida.

Foto cedida por Guillermo

Cuando se le pide a Guillermo que cuente un recuerdo bonito con el Padre Wasson, no puede encontrar solo uno. “El Padre me enseñó a ir a lugares que yo nunca había ido, como un restaurante, nos enseñó a comer, nos enseñó lo que era un ambiente familiar, nos enseñó la música, me enseñó lo que era el respeto, y a valorar, yo siempre lo buscaba para que me diera consejos hasta sus últimos años cuando yo ya era padre lo buscaba, y siempre tenía tiempo para hablar con sus hijos.

Guillermo es ahora padre y abuelo, y siempre ha intentado transmitir los valores que el padre le enseñó tanto a su familia como en su día a día. Su vínculo con NPH sigue más presente que nunca, todavía forma parte de la estudiantina de NPH México, ahora como profesor y mentor de todos los niños y niñas que forman parte de los programas. 70 años han pasado desde que la vida condujera a Guillermo a la puerta del Padre Wasson, quien siempre dijo que su mayor logro era ver a sus hijos felices.

Puedes ver la entrevista completa de Guillermo, donde además pasea por Cuernavaca, ciudad donde el padre Wasson era capellán en los años 50.

Artículos relacionados