Crisis en Haití: Los disturbios, la violencia, la pobreza y la desnutrición siguen amenazando a niños y niñas en Haití.

La agitación política y los disturbios civiles siguen amenazando a más de 3 millones de niños y niñas, según UNICEF, la cifra más alta registrada en Haití.
Estudiantes llegan en mayo durante la reapertura de la escuela FWAL de NPH

Desde principios de este año, grupos criminales han tomado el control de grandes zonas del país, incluyendo un 90% de su capital, Puerto Príncipe. A pesar del entorno inseguro e incierto, NPH trabaja sin descanso a través de sus programas de protección y el Hospital Pediátrico St. Damien para proteger a las familias y salvar vidas.

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A finales de abril, un consejo de transición de 9 personas asumió el poder en Haití. Según datos de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, más de 2.500 personas han muerto o han resultado heridas por el caos que vive la isla desde enero. El consejo fue creado para elaborar un plan que restablezca el orden en Haití bajo amenazas de las pandillas. Sus nueve miembros deberán organizar unas elecciones democráticas que están previstas para febrero de 2025.

A finales de enero, un total de 900 escuelas habían cerrado temporalmente, sobre todo en Puerto Príncipe, privando a unos 200.000 niños de su derecho a la educación, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

En mayo, la escuela FWAL (Father Wasson Angels of Light) para estudiantes de la comunidad y el programa “St. Germain”de educación especial para menores con discapacidad, reiniciaron sus clases. Para la niñez que vive en medio de disturbios civiles y violencia urbana, las escuelas siempre han sido más que lugares de aprendizaje: proporcionan una sensación de normalidad, rodeados del apoyo de docentes y compañeros, así como acceso a comidas escolares.

Reinició de clases en la escuela FWAL donde más de 700 estudiantes atendían en 2023

El director de NPH en Haití está buscando formas de trasladar a los estudiantes del programa educativo “Don Bosco” en el barrio de Tabarre, debido a la proximidad a los disturbios civiles. Esta decisión no ha sido fácil, ya que las circunstancias personales y familiares de cada estudiante son muy diversas y requiere considerar aspectos como la medicación que toman, necesidades especiales que tienen, etc.

A pesar de los desafíos, NPH Haití cree que Tabarre sigue siendo la mejor opción para algunos de nuestros estudiantes que apoyan al Hospital pediátrico infantil St. Damien y el programa de atención a la discapacidad “St. Germaine”.

Sin embargo, para la mayoría de los estudiantes que sí pueden reubicarse y para facilitar su asistencia a la escuela, NPH planea facilitar su mudanza. La intención es alquilar varios alojamientos situados cerca de nuestro centro escuela residencia “St. Helene”, ubicado en las montañas de Kenskoff, alejado del foco principal de la violencia en la capital.

Tras la apertura del programa en mayo se han ido recibiendo menores con discapacidad y adultos a terapia y el programa escolar, y las interacciones con las familias brindan información valiosa sobre los desafíos para la supervivencia que enfrentan en sus respectivas comunidades.

Además, un número cada vez mayor de miembros de nuestro personal se ven obligados a abandonar sus hogares debido a la presencia de pandillas en los barrios que los obligan a huir para buscar refugios más seguros en otras zonas de la capital. Mientras tanto, el cierre de la mayoría de escuelas persiste mientras los padres expresan temor al enviar a sus hijos en medio de la situación actual.

El programa de atención a la discapacidad “Kay Christine” ubicado en Kenskoff está coordinando una iniciativa para distribuir semillas a agricultores locales. Reconociendo la creciente preocupación por la seguridad alimentaria, nuestro objetivo es apoyar a 200 familias proporcionando semillas, incluidas col, zanahorias, espinacas y otras, para que cultiven sus propios productos.

Beneficiarios de la comunidad reciben comida y productos de higiene básico por NPH

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El Hospital St. Damien sigue siendo el único hospital pediátrico que existe en todo el país y uno de los pocos que se ha podido mantener abierto a pesar de la espiral de violencia que vive el país. Pero para muchas familias llegar hasta la capital es casi imposible debido a la violencia extrema, las barricadas y los puntos de control en manos de los grupos armados.  

Además, cada vez es más complicado encontrar profesionales médicos en Haití, ya que muchos optan por migrar hacia Estados Unidos o América Latina, huyendo de la guerra y buscando un lugar seguro donde vivir. Nuestro hospital ha perdido al 20% de su personal médico por estas circunstancias.  

A pesar de la falta de personal y la dificultad para acceder a medicamentos y material médico, el hospital sigue atendiendo cada día a los niños enfermos y familias que llegan hasta el hospital en búsqueda de atención médica. En este sentido, los departamentos de pediatría infantil y maternidad son claves para poder atender a la población haitiana. Además, el hospital cuenta el único departamento de oncología infantil que existe en Haití.

“La situación actual dificulta el acceso a suministros médicos y medicamentos esenciales para nuestros pacientes” – explica la directora del Hospital, la Doctora Gassant – “pero nuestro equipo es un grupo muy dedicado y comprometido, estamos siempre trabajando en nuevas estrategias y soluciones alternativas para optimizar nuestros recursos, optimizando también nuestra colaboración con las organizaciones locales e internacionales siempre con el objetivo de mejorar el cuidado de los pacientes.”

Los centros de salud, por lo general, no pueden proporcionar de forma rutinaria los antibióticos típicos para los más de 70.000 casos de cólera. Se han reportado casos de pacientes a los que varios centros de atención médica negaron atención por emergencias por heridas de bala, porque las instalaciones no tenían los suministros, medicamentos, oxígeno y/o equipo operativo esencial necesarios, lo que pone aún más a estos centros de salud en riesgo de sufrir ataques.

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La Organización Internacional para las Migraciones estima que casi 10.000 personas fueron desplazadas en las dos primeras semanas de febrero, elevando a 20.000 el número de desplazados desde principios de año, debido a la violencia, los secuestros, la extorsión y la violación de derechos humanos que practican los grupos armados denominados “gangs”, que provocan el terror en los barrios y comunidades de la capital, lo que obliga a las familias a dejar todas sus pertenencias buscando otros lugares donde vivir en paz, aun dejando atrás sus viviendas y enseres personales, ocupados por estos grupos violentos.

En promedio, cada dos horas muere un haitiano y 17 son heridos, 562 mueren de hambre por día, 40 son secuestrados por mes y el 26% de la población femenina ha sido víctima de violación, cifras que no se reportan en gran medida.

Las pandillas tienen el control dominante de las rutas principales en todo el país y han aislado completamente las regiones del sur.

La mayoría de los 11,5 millones de haitianos luchan por alimentar a sus familias, acceder a servicios de salud e ir al trabajo o a la escuela, por temor a convertirse en una más de las 295 víctimas baleadas, o una de las 547 asesinadas (430 hombres, 109 mujeres, 7 niños, 1 niña) o violadas: todos estos acontecimientos aumentan día a día y son más horrendos en naturaleza.

Según el Servicio de Derechos Humanos de BINUH, también se registraron numerosas violaciones colectivas por parte de pandilleros, aunque nunca se sabrá el número real de víctimas de agresiones sexuales debido a que los casos no se denuncian

Familia escapa de la violencia en Haití como refugiados
Una familia haitiana huye de su hogar para buscar un refugio alejado de la violencia de la capital.

La Fundación NPH sigue trabajando sin descanso en Haití gracias a un personal local dedicado e implicado a proteger a la infancia y salvaguardar los derechos humanos de la población haitiana, y de forma igual, gracias a una sociedad española comprometida con NPH y nuestra misión en Haití.

💙 Puedes apoyar el trabajo de NPH en Haití, apadrinando el Hospital St. Damien, apadrinando a un niño o niña, o a través de una donación puntual, de esta manera nos ayudas a proteger a la población haitiana y salvaguardar los espacios humanitarios.

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