La familia Zaldivar de Honduras, es una historia que refleja la misión y el impacto del programa UnaFamilia Unida, nuestro programa de Reunificación Familiar.
En el corazón de cada familia, el amor y la unidad son pilares esenciales que sostienen la esperanza y la resiliencia. Los hermanos Zaldibar enfrentaron la realidad de llegar al programa residencial de NPH Honduras, pero ahora han encontrado el camino de regreso.
La historia de Yuri, la madre de estos cinco hermanos, es más común de lo que nos pensamos. En una sociedad donde ser madre soltera es todavía una estadística muy alta, sin recibir ayuda de los padres de sus hijos, la búsqueda de oportunidades se hace más complicada.
Cuatro de los hermanos Zaldibar ingresan en 2015 a NPH Honduras, derivados por el DINAF, el departamento de niñez hondureña, por una situación de inseguridad. Cuando Yuri tenía que salir a trabajar, los hermanos se quedaban en casa solos, muchas veces a cargo de Robert*, el hermano mayor. La familia vivía con muchas limitaciones económicas, el trabajo de Yuri era inestable y la familia dependía únicamente de los trabajos que ella podía encontrar durante el día, y cuando no podía encontrar nada llegaba a mendigar en las calles para poder mantener a sus hijos.
Debido a esta situación, los hermanos asistían intermitentemente a la escuela y su salud integral se estaba viendo comprometida, ya que muchos de ellos mostraban señales de desnutrición. Cuando ingresan en el programa residencial de NPH Honduras reciben la oportunidad de nivelar su educación y mejorar su estado de salud.
“Antes de NPH, mis hijos tenían que quedarse solos en casa mientras yo salía a trabajar. A veces tenía a alguien que podía cuidar de ellos, pero la mayoría del tiempo estaban solos y Robert cuidaba de sus hermanos menores. Soy madre soltera y no tenía trabajo fijo, lo que conseguía era de vez en cuando lavar ropa, limpiar casas… pero cuando no había trabajo, no tenía que comer y tenía que pedir dinero en la calle, era muy difícil para mí.” – comenta Yuri.
REINTEGRACIÓN FAMILIAR
¿Pero qué pasaría si esta familia pudiera recibir toda esta atención bajo el cuidado y amor de su madre? Gracias al programa UnaFamilia Unida el equipo de NPH Honduras se puso manos a la obra para la reintegración de esta familia, pudiendo ofrecer el apoyo necesario a Yuri para que sus hijos volvieran a casa.
Una de las necesidades más básicas para poder reunificar esta familia fue proveer una casa digna a Yuri, un espacio seguro donde cuidar de sus hijos. Yuri, además, ha encontrado un trabajo más estable como supervisora de máquinas de construcción.
“Hemos vivido un gran cambio. Gracias a NPH ahora tenemos nuestro propio hogar, lloro de alegría porque significa mucho. Ha sido un cambio radical, tener mi hogar me ha dado seguridad, y me siento fortalecida. Es una alegría tener el apoyo de NPH, porque ahora tengo la oportunidad de estar con mis hijos de nuevo.” – dice Yuri.
Otro de los pilares del programa es asegurar que los niños y niñas que se reintegran tengan todos sus derechos básicos cubiertos, como es el caso de recibir una educación. Ahora los hermanos asisten a la escuela de su comunidad, e incluso participan en actividades extraescolares. También se mantiene un monitoreo de su salud.
“Ahora puedo hablar con mis hijos y preguntarles qué quieren hacer en el futuro, mi hija Meylin*, por ejemplo, quiere ser trabajadora social como Julissa, la trabajadora social de NPH, para poder ayudar a más niños como ella.” – explica Yuri.
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La familia visita a menudo el Rancho Santa Fe, las instalaciones principales de NPH Honduras, para mantener esa conexión con el resto de la familia de NPH y participar en las celebraciones que se organizan para los niños, niñas y familias de NPH.
Gracias a los esfuerzos incansables del programa UnaFamilia Unida y el compromiso inquebrantable de Yuri, estos niños ahora disfrutan nuevamente de la calidez y seguridad de estar juntos como familia, junto al acompañamiento de NPH. Una nueva oportunidad para un futuro lleno de esperanza.